Biblioteca abierta

     A través de un proyecto de Extensión, la Biblioteca Elma K. de Estrabou fue el espacio para desarrollar un ciclo de cinco encuentros pensados para abordar el oficio y sus desafíos actuales, a partir de la experiencia y los saberes de distintos actores: bibliotecarios universitarios, secundarios, de bibliotecas populares, sindicatos, docentes, estudiantes y usuarios.

    El proyecto surgió desde la cátedra Administración de Recursos y Servicios de Información I y la dirección de la Biblioteca Elma K. de Estrabou. Los movilizó una idea fuerza: que la biblioteca sea un espacio de reflexión e intercambio de saberes entre bibliotecarios, trabajadores de bibliotecas, estudiantes, docentes y usuarios de todo tipo de biblioteca.

     La rica experiencia del “Proyecto Biblioteca-Escuela”, desarrollado en 2017, entusiasmó a María Carmen Ladrón de Guevara y Alejandra Greiff, hacedoras del proyecto, a redoblar la apuesta. El objetivo era el mismo: abrir la Biblioteca de la Facultad a otros actores de un oficio que se diversifica en función del tipo de institución, el público al que apunta y los servicios que presta a sus usuarios.

     Como el espíritu del proyecto es claramente extensionista, presentaron la iniciativa  a la Secretaría de Extensión de la FFyH, que acompañó la propuesta. “Fue tan bueno lo del año pasado, que para este año pensamos en un ciclo de cinco charlas en las que se fueran desentrañando los  desafíos y las oportunidades presentes en todo tipo de biblioteca”, cuenta Ladrón de Guevara, titular de la cátedra que impulsó la iniciativa.

     “La idea era poder articular la práctica cotidiana en bibliotecas y la enseñanza de la Bibliotecología”, completa Greiff, directora de la Biblioteca que comparten Filo y Psicología.

     Así, un viernes por mes, el ciclo recibió a panelistas que trajeron su conocimiento teórico y práctico para intercambiar su mirada con distintos actores, insertos en situaciones diversas. “Queríamos abrir la biblioteca a la comunidad extrauniversitaria, y el resultado fue muy bueno”, destacan ambas coordinadoras. “Partimos de los conocimientos producidos en la universidad que tienen íntima relación con la práctica cotidiana de las diferentes bibliotecas”, explica Ladrón de Guevara.

     El Programa de Apoyo a la Enseñanza de Grado (PAMEG), que tuvo lugar en 2016, había facilitado la intervención de diferentes cátedras de la Escuela de Bibliotecología en la Biblioteca Córdoba, y eso permitió corroborar la necesidad de una interacción entre la universidad y la sociedad.

     El camino recorrido en los dos años previos fue clave para  elaborar la temática de los cinco encuentros de 2018, realizados entre junio y octubre en la Sala de Lectura de la Biblioteca. “Desafíos en los diferentes tipos de bibliotecas”; “Incorporación de fuentes documentales electrónica -oferta y acceso desde la biblioteca”; “Posibilidades en la creación y organización de servicios”; “Expectativas y posibilidades de la extensión bibliotecaria”, y “Creatividad en la planificación del edificio / local de biblioteca”, fueron los ejes de los paneles que incluyeron a bibliotecarios, trabajadores de bibliotecas, estudiantes, docentes y usuarios.

     La metodología implementada favoreció una activa participación de los actores involucrados. “Cada panelista planteó un tema concreto y luego se abrió el debate abierto, que sirvió no sólo como espacio de reflexión, sino como instancia para establecer, profundizar o potenciar el vínculo con la comunidad”, resaltan las autoras del proyecto.

     Diálogo de saberes

     Bibliotecarios y trabajadores de bibliotecas pudieron a lo largo de cinco meses compartir su experiencia y repensar su práctica diaria en un entorno colaborativo.

     Estos diálogos posibilitarán una planificación más eficiente a las unidades de información, lo que resulta además en un mejor aprovechamiento de los recursos existentes y una mayor comprensión de la realidad por parte de los usuarios.

     “En la sociedad de la información que vivimos, confirmamos que las bibliotecas están al servicio de sus comunidades. El ciclo mostró que desde el ámbito académico-laboral se puedan detectar necesidades y acordar criterios ante los cambios de paradigmas que se están produciendo. Los participantes pudieron llevarse miradas, experiencias y conocimientos de distintas realidades para transformar la suya”, resalta Greiff.

     También, el ciclo sirvió para brindar apoyo y herramientas a los ciudadanos-usuarios de la información, para que puedan seguir proyectando sus acciones en función del entorno en el que se hallan insertos. “Y hacerlo desde diferentes miradas, enriquecidas por las experiencias colectivas, partiendo en cada encuentro de los conocimientos previos o saberes prácticos con que los actores destinatarios cuentan”, completa Ladrón de Guevara.

     Estudiantes, presentes

    Otro objetivo del proyecto, resaltada por la profesora, fue la participación de los estudiantes de Bibliotecología, sobre todo de los primeros años de la carrera. “La diversidad de panelistas y de público acercó a los estudiantes la realidad concreta de la profesión en la que eligieron formarse. Lo que nosotros trabajamos en el aula ellos pudieron verlo reflejado en la práctica cotidiana desarrollada por el personal de bibliotecas, tanto profesionales como idóneos”.

     Como parte de este proceso de aprendizaje colaborativo y permanente, Greiff y Ladrón de Guevara tienen la intención de que el Ciclo de Conversaciones en la Biblioteca tenga su versión en 2019. “La experiencia de este año fue altamente positiva y nos gustaría seguir contribuyendo al buen uso de las bibliotecas como unidades de información, de recreación y de construcción colectiva”.

     Por Camilo Ratti

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