ACCESO ABIERTO, UNA MIRADA SOBRE EL ROL DE LAS BIBLIOTECAS UNIVERSITARIAS

Del 19 al 25 de octubre se celebra la Semana Internacional del Acceso Abierto. El Movimiento de Acceso Abierto (AA) nace de las aspiraciones de profesionales de la investigación de diversas instituciones y universidades. Es un desafío abrir la literatura científica para que usuarias y usuarios puedan leer, descargar, copiar, distribuir imprimir, buscar o enlazar los textos completos de los artículos científicos a cambio de la eliminación de barreras económicas, legales y técnicas con un requisito: citar sus autores/as. 

En entrevista, Lucas Yrusta, Director de la Biblioteca “Dr. Manuel Belgrano” de la Facultad de Ciencias Económicas, cuenta y reflexiona sobre el papel que juegan las bibliotecas universitarias y profesionales de bibliotecología, en relación a la apertura del conocimiento a la sociedad.

¿Cómo es la relación de las bibliotecas de la Universidad Nacional de Córdoba con el Acceso Abierto? 

En la Universidad Nacional de Córdoba, cada biblioteca representa un Nodo en su unidad académica que trabaja integradamente con la Oficina de Conocimiento Abierto (OCA) como agentes promotores del Acceso Abierto.

La principal responsabilidad del Nodo es difundir y brindar asesoramiento a las y los autores para gestionar, promocionar y posicionar sus producciones en acceso abierto.

Desde 2014, la UNC tiene un espacio institucionalizado para publicar en acceso abierto y fue la primera Oficina de Acceso Abierto de Latinoamérica. Nació bajo la premisa “El conocimiento es un bien común y su acceso debe ser libre” para promover una cultura de AA en la UNC. En la actualidad, muchas universidades nacionales, instituciones estatales y organizaciones como Creative Commons Argentina están trabajando en pos de vincular y fortalecer este sistema.

El acceso abierto tiene que ver con darle mayor visibilidad a las y los investigadoras/es, autoras/es o productoras/es del conocimiento de las instituciones y también volver al inicio del movimiento de acceso abierto. Esto tiene que ver con no pagar dos veces, es decir, no pagar por algo que ya el Estado está pagando, ya que está financiando la formación de los investigadores. Entonces, en el momento en que se le exige a los investigadores que publiquen en determinadas páginas editoriales están en el ojo de la tormenta, porque esas editoriales o revistas que tienen alto rango de estatus no son de acceso abierto y para acceder a esa información hay que pagar, incluso como autores y eso es una paradoja.

¿Cuál crees que es el rol de las bibliotecas universitarias en la apertura del conocimiento a la sociedad? 

Las bibliotecas universitarias, sobre todo en el contexto de pandemia, tienen el rol de ser intermediarias en el conocimiento. Allí el conocimiento está generalmente en formatos impresos, guardado en diferentes estanterías y hoy en día ningún usuario puede acceder en forma directa, o al menos la mayoría. Creo que esto anticipa o acelera los procesos que estaban pensados a futuro en relación a dar mayor visibilidad y mayor compromiso a las producciones que realiza la Universidad Nacional de Córdoba. 

¿Cuál es el rol que juegan los bibliotecarios en este contexto? 

En eso el bibliotecario es clave porque es el intermediario y se encarga de poder visibilizar toda la información y todo el conocimiento que se produce en una institución, al resto de la comunidad y a todo el mundo. Eso no es menor, porque no es solamente una catalogación como venimos haciendo, que catalogamos libros, artículos, revistas, informes; hoy en día tenemos que hacer más énfasis en poder catalogar y procesar todo ese conocimiento que está en la Universidad. También debemos promover el trabajo en forma conjunta con investigadores y editoriales de la institución para poder disponer de ese conocimiento, en un formato accesible para todos y todas. 

¿Cómo es esa catalogación en relación al AA?

Lo que estamos haciendo es una curaduría de datos y cuando decimos curaduría de datos me refiero a que es una especialidad dentro del perfil del bibliotecario/a donde tiene que tener conocimiento sobre derecho de autor y también respecto de lo que son los datos sensibles para poder publicar diferentes producciones. Estamos catalogando proyectos también y eso es sumamente importante porque, por ejemplo, para un vinculador tecnológico disponer de esa información es vital como para poder llevar adelante un proyecto y que pueda ser presentado, financiado, etc. 

Por otro lado, un trabajo que se viene realizando en la UNC y en varias universidades de Argentina tiene que ver justamente en asociar un sistema de evaluación que se llama  SIGEVA -promovido por Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas(CONICET)-, en donde la idea es poder cosechar información de esa base de datos para que pueda estar disponible en el Repositorio Digital Universitario (RDU). Toda la producción científica de las diferentes unidades académicas, que investigadores/as y docentes están obligados a cargar, van siendo curados por los bibliotecarios/as. 

¿Cómo es el día a día del trabajo de las y los bibliotecarios universitarios en relación al AA? 

Tomamos la información que llega de una producción, la analizamos y corroboramos que los datos estén bien, citación de fuentes, derechos de autor, entre otras cosas. Luego, se enriquecen esos datos a través de diferentes mecanismos como palabras claves, mejorando los resúmenes, índices etc., y se trabaja directamente desde el punto de vista de la accesibilidad. Por último se incorpora en el RDU que va a estar disponible para todo el mundo. De esa manera se protege mucho la construcción de conocimiento para que esté en formato libre y accesible.

Por un lado, debemos visibilizar y hacer accesible el conocimiento considerando que no tenga ningún tipo de barrera, ni económica ni legal. Por otro, el rol fundamental que tenemos es el de crear la cultura de acceso abierto, es decir crear toda esta cultura a través de charlas, talleres, conversatorios destinados justamente a investigadores/as, investigadores/as nobles, estudiantes y directores/as de tesis, para que conozcan sobre estas reglamentaciones.

Otra cosa importante que se está haciendo es la preservación digital del conocimiento, que tiene que ver con el formato en el cual son guardados o producidos los diferentes conocimientos. Esto tiene que ver con el uso de software libre, por ejemplo: si en el Repositorio se almacena alguna producción con un software propietario como Microsoft va a tener dos barreras, primero una barrera económica porque no todo el mundo tiene acceso a pagar una suscripción y segundo uno siempre queda a la expectativa de las condiciones de uso de ese tipo de compañías.

¿Qué otras barreras tienen que derribar para contribuir con el acceso abierto?

Desde ese punto de vista de la accesibilidad académica otra de las actividades que en este momento estamos realizando es corroborar que todas las producciones que se suben al Repositorio sean accesibles para personas con discapacidades. 

¿Hay profesionales de la bibliotecología que se especializan en esto?

En la UNC se llevan a cabo talleres en todos los temas que recién te mencionaba, pero eso debería estar incorporado desde la formación del bibliotecario, porque no podríamos hablar de tener una biblioteca y no tener esa mirada sobre el acceso abierto. Es más, las bibliotecas que nos son universitarias, que son académicas o de institutos de formación, etc., también deberían tener esa mirada con la producción de materiales propios. 

¿Qué otros desafíos considerás que deben afrontar? 

Pienso que la cooperación entre bibliotecas es importante para respaldarnos, ayudarnos y promover estas prácticas. La relación de las bibliotecas con el Repositorio tiene mucho que ver con cada biblioteca, porque hay algunas que tienen más cantidad de personal entonces pueden crear divisiones específicas para Acceso Abierto y otras que son unipersonales, por lo tanto, es muy difícil sumar una actividad más. Sí considero que tenemos que estar atentos y actualizados sobre todo esto que hablamos. 

Otro desafío es trabajar en la catalogación en relación a datos primarios, porque la investigación científica no pasa únicamente por el resultado sino por los datos primarios, que van a ser publicados también. Hoy, a quienes hacen investigación les preocupa reproducir un hecho científico y para eso tienen que tomar esa materia prima para seguir investigando o producir otras investigaciones. 

¿Son las bibliotecas quienes propician el ecosistema para dar pie al acceso abierto y la ciencia abierta y ciudadana?

Podríamos decir que el Repositorio es el primer paso, la fuente donde se va a volcar toda esa información, esos datos primarios; la ciencia abierta lo va utilizar o reutilizar para hacer nuevas producciones, incluso los mismos ciudadanos, a través de los hackatones, talleres, etc. Las y los profesionales de la bibliotecología tenemos la responsabilidad de hacer esto visible, de manera correcta y accesible.

Hay tres patas: acceso abierto, ciencia abierta y divulgación científica. Estas tres patas tienen que estar muy relacionadas y el feed back que haya entre estas disciplinas es fundamental. Me parece que es un paso que se está empezando a dar ahora pero que se va a potenciar en el futuro. Para que no exista un rechazo y pueda entenderse bien el alcance del acceso abierto, hay que explicar todo esto, para qué sirve, cómo sirve a la ciencia tener los datos abiertos y cuál es el beneficio que le podemos brindar a la ciudadanía. 

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